Harold Ramírez tuvo su primer encuentro en toda su carrera contra el relevista de los Leones del Escogido, Rafael Montero.
Altura del episodio número 13. Bases llenas. Y de inmediato, el bateador designado de los Tigres del Licey, Harold Ramírez se puso en desventajas en 0-2 y dos outs.
Cualquier fallo y Licey se hubiera despedido hasta octubre y los Leones levantarían la corona.
En esa situación tenía que proteger la zona de strike a como diera lugar.
Montero, quien la noche anterior al sexto partido del domingo, realizó un relevo de cuatro outs, estuvo cerca de casarse con la gloria y así, ser recordado como el cerrador que dio al Escogido su corona número 17.
Ramírez se encargó de todo lo contrario. Al menos por este partido.»Primera vez que lo enfrento», dijo el colombiano, quien se unió a los Tigres en el draft de reingreso. «Pero traté de ir agresivo, hacer un buen contacto con la bola».