Los hallazgos recientes en Casas del Turuñuelo han sacudido el mundo de los estudios de Tartesos. Hasta ahora, se creía que, en el mundo tartésico, no se representaba la figura humana. Los rostro del Turuñuelo han obligado a reescribir una parte importante de la historia peninsular.
Las excavaciones de Turuñuelo, un pozo de sorpresas
Las primeras excavaciones
Ubicado en Guareña (Badajoz), el yacimiento de Casas del Turuñuelo forma parte de un conjunto de asentamientos tartésicos que alcanzaron su auge entre los siglos VIII y IV a.C. Aunque el yacimiento se descubrió en la década de los 90, las excavaciones sistemáticas comenzaron años despuñes, en 2014, bajo la dirección de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Si bien la existencia de Tartesos ha quedado registrada en textos antiguos, comparativamente se conservan pocos restos materiales comparables a otras culturas mediterráneas coetáneas. Hasta ahora.
Casas del Turuñuelo, un yacimiento único
El reciente descubrimiento de Casas del Turuñuelo es único por varios motivos. En primer lugar, se trata de un edificio de dos plantas, algo inusual en el contexto arqueológico de su época. Por otro lado, combina arquitectura doméstica y ritual en un contexto único. Además, su estructura, construida principalmente con adobe y piedra, revela una complejidad técnica avanzada. La gran estructura incluye un patio central y una monumental escalera de dos tramos, la más antigua encontrada en la península ibérica.
El hallazgo más espectacular procedente del yacimiento hasta la fecha ha sido un sacrificio colectivo de animales.Durante su ejecución, llegaron a inmolarse caballos, un fenómeno sin precedentes en la península ibérica. Este sacrificio parece vincularse a rituales relacionados con el abandono del edificio, que fue sellado de manera deliberada.
Los rostros del Turuñuelo: una ventana al pasado de Tarteso
En 2023, los arqueólogos que trabajaban en el yacimiento hicieron público un hallazgo clave para el arte tartésico: fragmentos de relieves tallados en piedra que representaban rostros humanos. Los fragmentos recuperados representan, según los investigadores, rostros femeninos. Se caracterizan por el tratamiento estilizado de las facciones, con rasgos comunes como la nariz prominente y los labios definidos. Estos restos se reconstruyeron minuciosamente en laboratorio y probaron la existencia de representaciones figurativas desconocidas hasta entonces en el ámbito tartésico.
Los rostros se encontraron en la habitación de las gradas de Casas del Turuñuelo, en compañía de un grupo de marfiles etruscos. Según los investigadores, podrían haber formado parte de una estructura decorativa mayor aplicada a las paredes interiores o exteriores del edificio. ¿Una escena mítica, quizás? Este hallazgo contradice la percepción previa de Tarteso como una cultura dada a la decoración geométrica y abstracta en sus manifestaciones artísticas. Gracias a rostros del Turuñuelo, ahora sabemos que poseían una notable habilidad para representar los rasgos somáticos humanos.
Rasgos principales de los rostros
Los rostros del Turuñuelo se elaboraron en piedra tallada en relieve. Sorprenden los detalles anatómicos bien definidos que presentan cada uno de los rostros, como los ojos almendrados, las cejas arqueadas y los labios expresivos. Algunos fragmentos, además, presentan restos de pintura: en origen, fueron piezas policromadas.
Uno de los rostros mejor conservados muestra una figura con un tocado o diadema, un elemento que podría asociarse bien a una función ritual, bien a un estatus elevado. La uniformidad estilística sugiere la existencia de artesanos especializados en la producción de estas piezas. Es probable que trabajasen en talleres capaces de producir en serie estos elementos decorativos.
Importancia de los rostros: ¿qué revelan de la sociedad tartésica?
El descubrimiento de los rostros del Turuñuelo tiene profundas implicaciones para el estudio de la sociedad tartésica. En primer lugar, estas representaciones figurativas contradicen la noción tradicional de que Tarteso fue una cultura sin arte figurativo. Al contrario, los rostros del Turuñuelo muestran que los tartesios desarrollaron una iconografía rica y compleja.
La existencia de estos relieves también arroja luz sobre la organización social de Tarteso. El hecho de que se encontraran en un contexto arquitectónico tan sofisticado como el de Casas del Turuñuelo sugiere que formaban parte de un espacio ceremonial de gran relevancia. Esto refuerza la hipótesis de que Casas del Turuñuelo funcionó como un centro de poder, quizás como sede de una élite dirigente capaz de controlar los recursos económicos, religiosos y de poder de la zona.
Además, los rostros indican un conocimiento técnico avanzado y una red de intercambios culturales con otras civilizaciones mediterráneas. La influencia oriental en el diseño de los relieves refleja el papel de Tarteso como un puente cultural entre el Atlántico y el Mediterráneo. Esto también implica que los tartesios no solo adoptaron elementos externos, sino que los adaptaron a su propio contexto en una síntesis artística única.
Cara a cara con el pasado: la exposición de los rostros del Turuñuelo
El interés generado por los rostros del Turuñuelo ha auspiciado su presentación pública en una exposición curada por el Museo Arqueológico Nacional de España (MAN). Así, en noviembre de 2024 se inauguraba Rostros del Turuñuelo: los relieves de Casas del Turuñuelo. Este evento no solo ha permitido al público general conocer de primera mano el hallazgo, sino que también ha ofrecido un espacio para reflexionar sobre el significado de estas piezas en el contexto más amplio de la arqueología tartésica.
En la exposición, se han incluido reconstrucciones digitales de los rostros y paneles informativos que explican el descubrimiento y el proceso de restauración. Además, se han contextualizado los rostros dentro del marco de las interacciones culturales entre Tarteso y otras civilizaciones mediterráneas. A medida que prosigan las excavaciones, podremos saber más sobre esta misteriosa civilización peninsular.