Una correcta alimentación es uno de los aspectos más importantes de nuestra vida y, como tal, se encuentra en un cambio constante gracias a la supervisión e innovación científicas que buscan mejorar la calidad y propiedades de los alimentos que consumimos a diario. No es extraño oír o leer en la actualidad acerca de la importancia de aditivos, contaminantes o incluso de los propios envases alimentarios para la seguridad alimentaria, siendo uno de los aspectos más relevantes de los últimos años el ámbito de los Nuevos Alimentos.
¿Qué son los Nuevos Alimentos y en qué nos afectan?
La definición que aportan estas instituciones para el concepto de Nuevos Alimentos no podría ser más sencilla. Para EFSA y AESAN, un Nuevo Alimento es simplemente aquel que no era consumido en gran medida en la UE antes del 15 de mayo de 1997, fecha en la que entró en vigor el primer Reglamento sobre Nuevos Alimentos y simbolizando una aproximación similar a cómo, desde una perspectiva histórica, productos que hoy consideramos esenciales como las patatas, tomates o el propio arroz fueron catalogados como Nuevos Alimentos en Europa cuando se introdujeron por primera vez.
Sin embargo y como cabe esperar, el término de Nuevos Alimentos implica más complejidad que esa definición, ya que no sólo engloba a los alimentos que tradicionalmente se han consumido fuera de la Unión, sino que también a aquellos elementos de reciente creación gracias a innovaciones científicas y tecnológicas. Nuestros propios avances en territorio europeo son catalogados como Nuevos Alimentos en la misma medida en el que se catalogan a alimentos procedentes de terceros países como los asiáticos.
Mayor variedad alimentaria
Por lo tanto, encontramos que los Nuevos Alimentos pueden variar desde elementos procedentes de innovaciones científicas, como el uso de nuevas fuentes de vitaminas como la menaquinona, hasta elementos más disruptivos para nuestras culturas como encontramos en el caso de insectos como los grillos, pasando por elementos menos llamativos como pueden ser el uso de algas o frutas exóticas de terceros países.
A pesar de esto, lo cierto es que no debemos de pensar en ellos de forma diferente a la que pensamos del café o la quinoa por ejemplo, ya que a partir de éste primero se están elaborando Nuevos Alimentos y el segundo sigue siendo considerado un Nuevo Alimento a pesar de su consumo generalizado en la actualidad.
Estas aportaciones a nuestro repertorio alimentario no sólo conllevan una mayor variedad y novedad como su nombre indica, sino que también involucran beneficios fruto del esfuerzo e investigación científica en el caso de descubrimientos relativos a aditivos u otras tecnologías relacionadas con los alimentos, como una mejor preservación de la frescura y propiedades organolépticas de los mismos. Así, la regulación de estos Nuevos Alimentos asegura una mejoría constante de la industria alimentaria europea al dotarla de una mayor capacidad de adaptación e innovación sin olvidar uno de los aspectos más importantes si no el que más, la seguridad alimentaria.
¿Cómo puedo identificar a los Nuevos Alimentos?
Más allá de la propia definición de los mismos, conocer si el alimento que hemos comprado es catalogado como un Nuevo Alimento no es una cuestión tan simple como mirar en su etiquetado, ya que su señalización en el etiquetado no los destaca como tal, sino que simplemente los enumera como cualquier otro ingrediente.
En caso de querer saber si un producto es un Nuevo Alimento, encontramos nuestra mejor opción en el Reglamento (UE) 2017/2470 por el que se establece la lista de la Unión de Nuevos alimentos. También podemos encontrar información a este respecto en el catálogo público de la Comisión Europea que cuenta con las contribuciones de cada país de la Unión Europea gracias a las instituciones de seguridad alimentaria nacionales, como es el caso de AESAN en España. Este catálogo es fruto de un esfuerzo conjunto entre los diferentes Estados Miembros y la Comisión Europea, por lo que se encuentra en una constante evolución dependiente de las últimas deliberaciones por parte de instituciones como AESAN.
¿Corro algún riesgo al consumirlos?
A pesar de no poder identificar la mayoría de estos Nuevos Alimentos de manera inmediata, no debemos temer ni por su seguridad ni por sus propiedades, ya que incluso aquellos que buscan reemplazar algún alimento antiguo o tradicional deben de estar nutricionalmente equilibrados para que no sea un cambio desventajoso.
El procedimiento para que un Nuevo Alimento se apruebe en la Unión Europea está recogido en los artículos 10 y 14 del Reglamento de la UE 2015/2283, encargándose EFSA, a petición de la Comisión Europea, de realizar un estudio del mismo basándose en una serie de evaluaciones, como los posibles riesgos que conllevaría consumirlo e incluirlo en el mercado europeo.
Así, los Nuevos Alimentos buscan no sólo ampliar las opciones alimentarias de las que disponemos en Europa sino también reforzar y mejorar las propiedades de los alimentos que ya consumimos sin transgredir los estándares de seguridad implementados por los diferentes Estados Miembros. La constante supervisión y evaluación de instituciones como EFSA a nivel europeo o AESAN a nivel nacional deben de estar acompañadas por una comunicación clara que busque la complicidad de la sociedad para evitar la desinformación sobre aspectos tan vitales e importantes como es la seguridad alimentaria y nutricional.
Instituciones especializadas: AESAN Y EFSA
El conjunto de consideraciones referidas a estos Nuevos Alimentos ha sido acompañado en los últimos años por grandes cantidades de desinformación que buscan deslegitimar los esfuerzos que se realizan con ellos en el campo de seguridad alimentaria y nutrición. Ante esto, es el trabajo de instituciones especializadas como AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) y EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) el que debe de servirnos de guía en estas cuestiones.
Por este motivo EFSA, apoyada por instituciones nacionales de la Unión Europea como AESAN en España, ha puesto en marcha una iniciativa de concienciación alimentaria encontrada en la campaña de seguridad alimentaria #EUChooseSafeFood, que tiene como objetivo animar a los ciudadanos europeos a elegir sus alimentos con confianza en ámbitos como los Nuevos Alimentos, el desperdicio alimentario o los aditivos, entre otros, buscando alentar a los ciudadanos a reflexionar de forma crítica sobre sus elecciones alimentarias cotidianas.