El camino hasta hoy
Un estudio de 1988 pidió a las personas que sostuvieran un bolígrafo con los dientes para simular una sonrisa o con los labios para simular una expresión neutra. El estudio encontró que sonreír sin darse cuenta hacía que las personas se sintieran más divertidas cuando se les mostraba una caricatura. Sin embargo, un metanálisis de 2016 que recopiló datos de 17 estudios que utilizaron el mismo truco descubrió que no podían replicar los hallazgos originales. Posteriormente, una revisión de 138 estudios de 2019 concluyó que sonreír influye en las emociones de las personas, pero el efecto fue residual.
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Después de cada tarea (incluidas las tareas de señuelo), los participantes completaron un problema matemático simple, un cuestionario de felicidad y ansiedad y una encuesta de ira, cansancio y confusión para “ocultar el propósito del estudio”.
“De acuerdo con un metanálisis anterior, estos resultados sugieren que la retroalimentación facial no solo puede amplificar los sentimientos continuos de felicidad, sino también iniciar sentimientos de felicidad en contextos neutrales”, escriben los investigadores.
Los resultados mostraron que el efecto felicidad aparecía tanto en presencia como en ausencia de estímulos emocionales.
Los expertos opinan que, quizá, fingir la sonrisa podría influir en nuestro estado de ánimo porque asociamos sonreír con estar felices o porque sonreír activa automáticamente los procesos biológicos asociados con las emociones.
“Es posible que los efectos de retroalimentación facial relativamente pequeños se acumulen en cambios significativos en el bienestar con el tiempo”, escriben los investigadores.
Referencia: Coles, N.A., March, D.S., Marmolejo-Ramos, F. et al. A multi-lab test of the facial feedback hypothesis by the Many Smiles Collaboration. Nat Hum Behav (2022). https://doi.org/10.1038/s41562-022-01458-9