Salud

OPINION: Tiempo de luz y de sombra  | AlMomento.Net

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El autor es periodista. Reside en Miami.

POR TIRSO URBAEZ PEREZ 

El virus del COVID-19 tiene al mundo lleno de miedo por ser muy contagioso en los seres humanos, con consecuencias en la salud de cada persona muy diferentes.

El coronavirus no respeta estatus social, tampoco a los que se creen intocables por ser jóvenes y saludables. Asimismo castiga a los políticos que ponen en peligro su salud y la de los que le hacen coro.

Negando la necesidad del uso de las mascarillas y las vacunas contra el COVID, desafiando a la ciencia y al virus respiratorio, con la excusa de qué la pandemia es una gran mentira internacional. 

Contra viento y marea, la ciencia ha logrado defender la vida contra el peligroso virus del COVID en un tiempo excepcional, con vacunas muy efectivas que han causado gran control de la pandemia y alegría mundial. 

Las personas que eligen no vacunarse adoptan una actitud suicida y con su actuación atentan contra el derecho a la vida de la gente de su entorno social. 

En todo el mundo la gente está dividida entre los que apoyan la vacuna contra el COVID-19 y los que se oponen con argumentos tan pobres como sus conocimientos medicinales, sin valorar el peligro de un desastre de salud sanitaria colosal. 

Las plagas bíblicas no sólo son lecciones de la historia de la humanidad, sino espejos de la vida donde el ser humano debe aprender de las experiencias de sus antepasados y así poder luchar por su bienestar y del planeta terrenal. 

Las huellas de la pandemia son imborrables en el mapa universal, al convertirse en un símbolo de dolor y amor, causante de la solidaridad de la gente con las víctimas del COVID en un momento de vida o muerte entre el bien y el mal. 

Los millones de fallecidos y sobrevivientes del COVID-19 a nivel mundial, son estadísticas humanas del golpe devastador del virus chino o animal, pero los pueblos del mundo convertirán su dolor y sus lágrimas en sal y luz de la tierra.

Para que la gente disfrute de una vida llena de fe, amor y esperanza, en un clima de prosperidad, justicia, paz, libertad y solidaridad fraternal. 

Adiós a las personas que se han ido de este mundo por culpa de la pandemia del COVID-19, dejando una historia personal y un gran dolor familiar, sólo sanado por el tiempo, la fe y la esperanza de que sus difuntos descansen en paz hasta el día del juicio final. 

Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, pero con un tiempo de vida terrenal, con un principio y un final. 

Honor y gloria a los héroes que ponen en peligro sus vidas para salvar a los contagiados por el coronavirus, la apocalíptica enfermedad global del siglo XXI que ha puesto de rodillas a los seres humanos, pidiendo compasión y misericordia al Padre celestial. 

Con dolor y amor, en San Cristóbal, República Dominicana, a mis hermanos víctimas del COVID-19: Huáscar Ascario Urbáez Pérez (02-03-1962 / 06-07-2021) y Carmen Hortencia Urbáez Pérez (   06-23-1956/ 06-11-2021) 

Descansen en paz. Reciban un emblemático aplauso de la familia con un beso y un abrazo espiritual

JPM

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